Los demócratas rechazan el mapa bipartidista del Congreso de Nueva York
Los demócratas de Nueva York rechazaron un mapa bipartidista del Congreso ideado por una comisión no partidista y optaron por trazar sus propias líneas en una medida que podría afectar el control de la Cámara a nivel nacional.
La Comisión Independiente de Redistribución de Distritos aprobó un mapa a principios de este mes con una votación de 9 a 1. Sin embargo, varios legisladores estatales demócratas expresaron su descontento con el mapa bipartidista del Congreso, argumentando que no favorecía lo suficiente a su partido. El lunes, tanto el Senado como la Asamblea estatales votaron a favor de rechazar el mapa de la comisión, lo que permite a los demócratas redactar nuevos límites de distrito de su elección.
Los republicanos criticaron la medida, alegando que los demócratas estaban ignorando la voluntad de los votantes de Nueva York que apoyaron el establecimiento de la comisión de redistribución de distritos mediante una enmienda constitucional de 2014. “Al rechazar el mapa de la comisión, los legisladores demócratas decían: 'No confiamos en la gente del estado de Nueva York'”, dijo el senador estatal George Borrello.
La lucha ha comenzado
Con el trabajo de la comisión ahora descartado, los demócratas pueden crear un nuevo mapa que podría volcar hasta seis escaños de la Cámara de Representantes de Estados Unidos a favor de su partido. Sin embargo, una manipulación tan agresiva probablemente desencadenaría nuevos desafíos legales alegando violaciones de la constitución del estado. Los demócratas argumentaron que el mapa bipartidista del Congreso preservaba demasiados distritos competitivos y no lograba dividir el territorio de tendencia republicana. Pero volver a trazar las líneas enteramente según líneas partidistas casi garantizaría batallas judiciales prolongadas.
Los expertos dicen que la Legislatura puede optar por hacer ajustes modestos y finalizar rápidamente un nuevo mapa para evitar más litigios. Pero está en juego el control del Congreso, lo que aumenta la presión sobre los demócratas para maximizar su ventaja. Las líneas de batalla están claramente trazadas: los demócratas persiguen un mapa partidista y los republicanos defienden el mapa bipartidista del Congreso de la comisión no partidista. La forma en que finalmente se desarrolle esta lucha de alto riesgo por la redistribución de distritos podría afectar significativamente el resultado de las elecciones de 2024.