Las trágicas consecuencias de la negligencia: padres sentenciados por el tiroteo de Ethan Crumbley
Los trágicos acontecimientos ocurridos en Oxford High School que dejaron cuatro estudiantes muertos e heridos otros siete estarán siempre vinculados a un nombre: Ethan Crumbley. El 30 de noviembre de 2021, el joven de 15 años abrió fuego contra sus compañeros de clase. Usando una pistola que sus padres, James y Jennifer Crumbley, habían comprado como regalo anticipado de Navidad. Sin embargo, la negligencia de los padres de Ethan en las semanas y días previos al tiroteo jugó un papel importante en esta tragedia.
En el mes anterior al tiroteo, Jennifer y James Crumbley habían ignorado múltiples advertencias sobre el comportamiento preocupante de su hijo. Ethan había sido sorprendido investigando municiones en su teléfono en la escuela. Sus padres no hicieron un seguimiento con la escuela ni le dieron asesoramiento. Apenas cuatro días antes del tiroteo, James había llevado a Ethan a una armería. Y le permitió pagar y recibir la pistola Sig Sauer de 9 mm utilizada en el ataque. Desestimando cualquier responsabilidad sobre el almacenamiento seguro del arma.
Un camino de negligencia
El día del tiroteo, un profesor descubrió escalofriantes dibujos de Ethan Crumbley que representaban una pistola, una bala y las palabras "los pensamientos no se detendrán, ayúdame". Cuando los confrontaron, los padres de Ethan no tomaron ninguna medida significativa y abandonaron la escuela sin su hijo. Al cabo de unas horas, utilizando la pistola de libre acceso, Ethan Crumbley abrió fuego en los pasillos de la escuela. Apuntando metódicamente a sus víctimas en el tiroteo escolar más mortífero en la historia de Michigan.
Después de un juicio muy publicitado, el 22 de febrero de 2023, Jennifer y James Crumbley fueron declarados culpables de homicidio involuntario. Fueron condenados a cumplir al menos 10 años de prisión, la pena máxima. Si bien se hizo justicia por sus acciones negligentes, ésta nunca podrá deshacer la devastación causada ni recuperar las cuatro vidas inocentes truncadas debido al ataque mortal de Ethan Crumbley. La sentencia envía un mensaje contundente sobre la responsabilidad de los padres respecto de cualquier arma al alcance de los niños.