Greta Thunberg arrestada durante una protesta en La Haya que llamaba a la acción
La activista climática sueca Greta Thunberg estuvo entre un grupo de manifestantes arrestados en La Haya, Países Bajos, el martes. Thunberg y más de 100 manifestantes bloquearon la entrada a un edificio donde se reunían los ministros de la Unión Europea. Los activistas se sentaron frente al edificio y se negaron a irse cuando la policía les ordenó desalojar el área. Thunberg ha saltado a la fama liderando el movimiento de huelga escolar que exige a los líderes una acción climática audaz.
Los manifestantes pedían a los líderes de la UE que tomaran medidas climáticas urgentes para limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados. Como se describe en el Acuerdo de París. Portaban pancartas con mensajes como “La casa está en llamas” y “Morirás de viejo, nosotros moriremos de cambio climático”. Después de más de una hora de rechazar órdenes de dispersión, la policía intervino y detuvo a más de 100 activistas. Incluida Greta Thunberg, de 19 años. Todos estuvieron retenidos durante un breve período antes de ser puestos en libertad.
Las demandas que llevaron a los arrestos
Esta no es la primera vez que Greta Thunberg participa en la desobediencia civil por el clima. En 2019, encabezó una huelga escolar semanal frente al edificio del parlamento sueco. Pidiendo al país que adopte medidas climáticas más ambiciosas. Desde entonces, se ha dirigido a las Naciones Unidas y ha movilizado a millones de jóvenes de todo el mundo para exigir sus futuros. No se debe cambiar por combustibles fósiles ni por la inacción. Thunberg sostiene que la protesta no violenta es necesaria para impulsar la transformación necesaria.
Los arrestos se producen cuando los científicos del clima advierten que las emisiones globales deben alcanzar su punto máximo en esta década y reducirse a la mitad para 2030 para tener una posibilidad de limitar el calentamiento a 1.5°C. Es probable que Greta Thunberg y otros activistas sigan presionando para que se adopten políticas que se alineen con la rápida transición hacia los combustibles fósiles que, según la ciencia, es necesaria. La forma en que los gobiernos respondan a estas demandas podría determinar si se podrán evitar niveles peligrosos de calentamiento en el futuro.