La visita de Janet Yellen: ¿un punto de inflexión en las relaciones entre Estados Unidos y China?
Janet Yellen, Secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, concluyó recientemente una visita de cuatro días a China. Esta visita no fue solo una misión diplomática de rutina, sino un paso significativo para mejorar la tensa Relaciones entre Estados Unidos y China. El cambio de una comunicación pública, a menudo tensa, a un diálogo respetuoso cara a cara es una señal positiva para ambas naciones.
Esta visita fue una marcada desviación del enfoque de confrontación de la era Trump. Tanto EE. UU. como China ahora se comunican de manera más positiva y reflexiva. El viaje de Yellen se produjo después de la visita del Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, en junio.
Donde ambas naciones se comprometieron a trabajar en la estabilización de sus relaciones. Este compromiso con el diálogo es un avance prometedor en las relaciones entre Estados Unidos y China.
La visita de Yellen tuvo como objetivo establecer una línea de comunicación fuerte y efectiva con el nuevo equipo económico de China. Esto es significativo, considerando la reciente reorganización del gobierno de China. Donde la lealtad al líder Xi Jinping fue un factor clave en los nombramientos.
Yellen pasó una cantidad considerable de tiempo con el nuevo jefe económico de China, He Lifeng, discutiendo varios temas. Este diálogo abierto es crucial para el futuro de Relaciones entre Estados Unidos y China.
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Abordar las diferencias y generar confianza en las relaciones entre EE. UU. y China
A pesar de reconocer “desacuerdos significativos”, Yellen enfatizó que EE. UU. no es intrínsecamente hostil hacia China.
Aseguró a sus homólogos chinos que EE. UU. no ve su relación como un "conflicto de gran poder" y no tiene intención de "desacoplar" sus economías. Esta tranquilidad podría ser un paso significativo en la construcción de confianza en Relaciones entre Estados Unidos y China.
Sin embargo, las acciones recientes de la administración Biden, como la imposición de controles de exportación en ciertos microchips estadounidenses utilizados en el desarrollo de IA, pueden ser vistas como hostiles por Beijing.
EE. UU. también está presionando a sus aliados para que no suministren a China microchips avanzados, con el objetivo de evitar que China obtenga una ventaja tecnológica que podría usarse contra EE. UU. Estas acciones podrían plantear desafíos para el progreso en las relaciones entre Estados Unidos y China.
Si bien el diálogo se ha reabierto, la relación sigue siendo frágil. Cualquier incidente, como un evento de globo espía o un encuentro cercano entre buques militares estadounidenses y chinos, podría interrumpir el progreso realizado.
Los expertos están de acuerdo en que manejar esta compleja relación requerirá esfuerzos cuidadosos y de largo plazo de ambas partes. El futuro de Relaciones entre Estados Unidos y China depende de esta cuidadosa gestión.
