William Wragg dimite como líder del partido en medio de acusaciones de un escándalo de “Honeytrap” en Westminster
El diputado conservador William Wragg ha dimitido de su influyente papel como dirigente del partido. Afirmando que fue el objetivo de un intento de “trampa de miel” para comprometerlo. El parlamentario de Hazel Grove en Greater Manchester dijo que había recibido informes de que varios parlamentarios varones se habían enfrentado a situaciones similares de “trampa de miel”. Lo que, según afirmó, planteó “problemas más amplios” sobre la conducta en el Parlamento.
En un comunicado, William Wragg dijo que “me duele tener que renunciar al látigo”. Pero sintió que “no tenía otra opción” después de que sus preocupaciones sobre los supuestos incidentes trampa no fueron abordadas adecuadamente. Dijo que había informado al jefe de látigos sobre las afirmaciones, pero que estaba "decepcionado" de que no se hubieran tomado medidas. Wragg afirmó que había una “falta de reconocimiento” sobre la gravedad de tales acusaciones. Lo que podría haberlo comprometido tanto a él como al Parlamento.
¿Cuáles son las acusaciones contra William Wragg?
Si bien William Wragg no proporcionó detalles sobre el presunto intento de trampa dirigido a él mismo. Se refirió a informes de otros parlamentarios varones sobre incidentes similares. Se cree que tales “trampas de miel” implicaban que los parlamentarios se vieran comprometidos por una relación íntima con alguien y luego potencialmente chantajeados o utilizados para ejercer una influencia indebida sobre ellos más adelante. Sin embargo, no se han presentado pruebas ni se han presentado quejas formales sobre ningún incidente que afecte directamente a William Wragg.
La renuncia de William Wragg, un crítico vocal de Boris Johnson, de su influyente papel en el partido añade más inestabilidad al Primer Ministro mientras enfrenta constantes dudas sobre su liderazgo. William Wragg dijo que las cuestiones relativas a la conducta en Westminster deben abordarse ya que “todos permanecemos en la vida pública al gusto de nuestros electores”, quienes esperan los más altos estándares de conducta.